martes, 21 de febrero de 2012

MAR RUIZ 17-02-2012 CADENA SER

Los cambios anunciados por el Gobierno en materia educativa han pillado a las editoriales con decenas de miles de manuales ya en almacenes o talleres de impresión. Corresponden al nuevo diseño del cuarto curso de la ESO que aprobó mediante un real decreto el gobierno socialista en julio de 2011 y que desarrollaba lo aprobado en la ley de Economía Sostenible.
Esa nueva estructura de curso orientador hacia el Bachillerato o hacia la FP incluía además tres nuevas asignaturas : Alimentación, nutrición y salud, Ciencias aplicadas a la actividad profesional y Orientación profesional e iniciativa emprendedora. Ese diseño debía entrar en vigor el próximo mes de septiembre pero ahora el Ministerio de Educación ha decidido aplazar su puesta en marcha, dejando en el aire una inversión de 60 millones de euros ya realizada por las editoriales.
"Es lamentable que suframos las consecuencias de decisiones hechas con improvisación y sin contar con el sector. Estamos en una situación muy delicada y las empresas no pueden permitirse sufrir pérdidas de esta naturaleza, por eso, recomendamos a nuestras editoriales que analicen los daños y perjuicios causados y acudan si lo estiman oportuno a los tribunales. El ministerio de Educación ha incurrido en una lesión patrimonial y, con sentencias previas a nuestro favor que ya tenemos, tendrá que asumir esa responsabilidad", ha señalado a la Cadena Ser, el presidente de la patronal ANELE, que engloba al 97% de las editoriales de libros y materiales de enseñanza de España.

35 millones costará cambiar los manuales de Educación para la Ciudadanía
El sector muestra también su desconcierto e incertidumbre por los anunciados cambios de temarios de Educación para la Ciudadanía, que el Ministerio quiere sustituir para limitarlos al conocimiento de la Constitución y las instituciones europeas, eliminando aquellos contenidos de "carácter adoctrinador", según el Gobierno. El ministro José Ignacio Wert ha señalado que espera que los nuevos contenidos puedan llegar a las aulas el próximo curso, ya que se regularán mediante un decreto, aunque ha reconocido que el cambio de nombre de la asignatura deberá retrasarse ya que para llevarse a cabo requiere la modificación de la ley.
El sector editorial recuerda que un cambio de contenidos no se puede improvisar de la noche a la mañana y explica que con el calendario actual resulta prácticamente inviable tener listos los nuevos manuales para el próximo curso con un mínimo de rigor. "Habitualmente tenemos los ejemplares listos en febrero, para hacer la promoción editorial en los centros entre marzo y abril de modo que en mayo los centros escolares puedan publicar la lista de los manuales elegidos. Si ni siquiera se ha publicado el decreto que debe regular los contenidos, y las modificaciones posteriores que pueden aplicar las comunidades autónomas en el desarrollo de los currículos, los plazos no es que sean ajustados, es que son prácticamente imposibles". Dependiendo de la profundidad de esos cambios en los temarios, el sector cifra en unos 35 millones de euros el coste de sacar al mercado nuevos manuales de Educación para la Ciudadanía, sin haber dado tiempo a amortizar económicamente la inversión de los que llegaron a las aulas hace apenas cuatro años y de muchos otros que aún restaban por implantarse en determinados cursos en varias comunidades autónomas, en aplicación del calendario progresivo de implantación de la materia.

¿Nuevos contenidos para el mismo nombre ?
Otra cuestión sin resolver es qué nombre llevarán esos nuevos manuales. El Gobierno quiere cambiar el nombre de la asignatura por el de Educación Cívica y Constitucional, pero no podrá hacerlo hasta modificar la ley, una reforma que conllevará tiempo. De modo que se puede producir la paradoja de contar temporalmente con nuevos contenidos pero bajo la misma denominación que el PP quiere cambiar. Una circunstancia que obligaría a volver a renovar en una segunda fase los libros de texto para cambiar, al menos, las tapas e índices de los manuales.

Que los cambios planteados afectarán a las editoriales, no cabe duda. Pero no podemos olvidar que esas mismas editoriales han hecho el agosto durante los últimos años a base de incorporar modificaciones que el mismo ministerio implantaba  en los currículos. Entonces no se quejaron. Tampoco lo hicieron por el cheque libro universal (tan injusto como el cheque bebé).
Que la Educación esté al albur de quien se siente en La Moncloa tiene estos sinsentidos y consecuencias catastróficas. 

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