Ya está previsto el cierre de las Escuelas de Turismo y Relaciones Laborales de la Obra Social de CAJASOL.
La intención de la entidad de retirar el apoyo económico a las Escuelas Universitarias de Relaciones Laborales de Jerez y a la Escuela de Turismo de Algeciras llama más si cabe la atención precisamente ahora que ha pasado a formar parte de BANCA CÍVICA.
En este contexto de crisis generalizada en Andalucía, en la provincia más castigada por el desempleo a nivel nacional, Cajasol-Banca Cívica cierra una institución universitaria que ejerce su labor docente desde hace más de 40 años y que ha contribuido a la formación de miles de profesionales que ejercen en el sector turístico, laboral y social. Entra así en una dinámica de dudosa credibilidad, abandonando la formación en Andalucía.
Este tipo de medidas van absolutamente en contra de la Responsabilidad Social Corporativa y de la filosofía de las cajas de servir a la sociedad en la que desarrollan su labor comercial, a través de la Obra Social y en las zonas más castigadas por el desempleo, como son las comarcas del Campo de Gibraltar y de Jerez de la Frontera. Y, por supuesto, la labor de generación de puestos de trabajo, pasa a la historia en forma de destrucción de los mismos: casi 600 en la plantilla de CAJASOL, casi 80 en la plantilla de la escuela. Se desmantela así parte del tejido universitario de dos comarcas, cerrando la aspiración universitaria a cientos de jóvenes que, en ese caso, no se pueden permitir económicamente cursar estas enseñanzas fuera de su hogar familiar.
Es bastante incívico y poco ético que una entidad que ha iniciado una campaña publicitaria para vender su imagen cívica y de compromiso con la sociedad, lidere de forma paralela el cierre de un centro universitario y el envío al paro de 80 personas.
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Paralelamente, el tijeretazo en Educación va a más. En Cataluña lo saben bien. Los recortes de gastos (luz, agua, gas, teléfono, calefacción y limpieza en los centros) son del 25% de media. Sumando estos recortes a los de los 2 años anteriores se llega a un 40%. Los directivos temen no poder pagar las facturas. Dicen estar en la peor situación económica desde hace décadas. Por eso los institutos se están rebelando contra las directrices de Irene Rigau, Consejera de Enseñanza.
Los directores también lamentan que no se estén cubriendo las bajas por enfermedad del personal no docente. "¿Tiene intención de confiar a los directores nuevas tareas como la de abrir el centro y hacer fotocopias?", preguntan en su carta al secretario de Políticas Educativas.
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