VARAS DE MEDIR

Que la Consejería de Educación aplica distintas varas de medir no es nada nuevo.

Hace unos días salía en prensa la noticia de dos alumnas del instituto Delgado Brackenbury de Las Cabezas de San Juan a las que la Delegación de Educación de Sevilla les denegaba el título de la ESO después de haber dicho en octubre que sí eran merecedoras de él. Ambas, hermanas, tenían suspensas Educación para la Ciudadanía de 3º y Ética de 4º. Eran objetoras de estas asignaturas. Que la Delegación respalde la decisión del Equipo Educativo no debería llamar la atención (aunque no sabemos qué hubiese pasado si hubiesen sido objetoras de Plástica, Matemáticas o Griego). Lo anormal es que en octubre diga una cosa y en marzo, otra. Esto ha motivado que la tutora de las alumnas declarase que la Junta les ha causado un daño añadido por no resolver en tiempo y forma el caso. No vamos a discutir ahora la necesidad o no de la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos (uno de los estandartes del PSOE de la era Zapatero en Educación), pero está claro que hay precedentes en los que alguna Delegación ha actuado de forma muy distinta. Digno de mención es el caso de un alumno de Almería al que la Junta  aprobó, teniendo un 2.
Otro caso más reciente es el del IES Valle-Inclán, en Sevilla, que mantiene al Claustro enfrentado a la Delegación, en un ejercicio de dignidad profesional encomiable.

En el polo opuesto tenemos muy reciente el caso de dos alumnos de los Salesianos a los que la Delegación de Sevilla ha hecho titular, en contra de la decisión del Equipo Educativo. De manera que ahora en marzo, con la 3ª evaluación a las puertas, pasan de 4º de ESO a 1º de Bachillerato. 

Ni de lejos defendemos la concertada (cosa que lamentablemente siguen haciendo los sindicatos mayoritarios y la propia Administración, tan dados a la doble moral) pero, como mínimo,  resulta llamativo el contraste de ambas posturas de la Delegación encabezada por Jaime Mougán.