Es alucinante que las grandes centrales sindicales de educación tengan la boca cerrada en Andalucía y ahora se declaren abanderadas de la lucha a favor de la escuela pública en Madrid, Castilla La Mancha, Cataluña, Navarra o Galicia. Esas mismas centrales son las que consienten y alientan los conciertos; las que hasta antes de ayer callaban en Extremadura o La Mancha porque gobernaban los socialeros y ahora se rasgan las vestiduras; las que firman aberraciones; las que reciben suculentas subvenciones y hacen negocio con la formación (leer Plan Subvenciona de la Junta); las que han salido a la calle no por iniciativa propia sino empujadas por la acción y la fuerza del profesorado (por más que ahora se les llene la boca con frases hechas). Y -¡qué curioso!- en Andalucía no se oye una sola queja.
Si en Madrid quieren imponer al profesorado 2 horas lectivas más, la situación aquí no es muy distinta. Aquello de que en Secundaria teníamos 18 horas lectivas pasó a la historia. Ya no es excepcional estar a 19 ó 20 horas. Por supuesto ya no te lo "compensan" reduciéndote 2 horas de guardia, ni una (en el mejor de los casos). La orden de 20 de agosto de 2010 (un clásico gol veraniego de la Yunta) por la que se regula la organización y el funcionamiento de los institutos de educación secundaria, así como el horario de los centros, del alumnado y del profesorado, desarrollo de nuestro querido ROC (Decreto 327/2010, de 13 de julio), facilita hacer de la excepcionalidad, regla.
(Ver Un retroceso palpable, publicado por APIA el 9-9- 2011.)
Lo que en otras Comunidades es detestable (y con razón) aquí pasa desapercibido ante las narices de idénticos sindicatos. Sus "líderes" deben de tener mal la pituitaria.
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