Mientras la Consejería de Educación otorga jugosas subvenciones vía BOJA a grupos afines y otros interesados (leer Plan Subvenciona de la Consejería de Educación y La Agencia más cara: la Agencia del fracaso), los libreros denuncian el impago de más de 8,5 millones de euros.
Alertan de que el impago de Educación pone en peligro a las empresas “más pequeñas”. La situación que atraviesan los libreros tampoco es nada halagüeña, tal y como asegura el sector.
El presidente de la Asociación de Papeleros y Libreros de Córdoba (Aplico), Mariano Pérez de la Concha, denunció ayer que la Junta les adeuda más de 8,5 millones de euros, una cantidad que se corresponde al pago de los cheque-libros de este curso.
Pérez de la Concha explicó que la Administración autonómica solía pagar, hasta la fecha, el 80% del coste del material en octubre y el 20% restante en diciembre. Este año, continuó, las librerías aún no han recibido el dinero y si la situación continúa “las más pequeñas irán a la quiebra”. “Es la primera vez que la tardanza ha sido tan extrema”, denunció.
El sistema del cheque-libro en Andalucía obliga a los propietarios de los establecimientos a anticipar el pago del material a las editoriales, que como máximo dan un margen de dos meses para hacer efectivo el cobro del material didáctico. Esta situación provoca que muchos libreros tengan que recurrir a la petición de préstamos bancarios o recurrir a fondos propios para poder hacer frente a los gastos de la adquisición de los libros y también a pagar las nóminas de sus empleados y al mantenimiento diario de cada negocio. El inicio del curso es, además, la principal fuente de ingresos de este tipo de establecimientos, ya que representa cerca del 80% de su facturación anual.
Para abordar esta situación, los libreros mantendrán mañana una reunión en Sevilla para analizar las posibles consecuencias. De la Concha, que también es vicepresidente de la Federación Andaluza de Libreros, avanzó que desde la Junta ya han asegurado que van a hacer los pagos, aunque según los cálculos que maneja “hasta finales de noviembre” los libreros no recibirán el dinero.
La situación de los libreros en Córdoba no es única en Andalucía, ya que por ejemplo en Málaga la deuda de la Administración educativa se eleva hasta los 16 millones de euros por el mismo concepto.
La gratuidad de libros de texto es un derecho reconocido en el Estatuto de Autonomía y garantizado desde 2005, fecha desde la que se han invertido en Andalucía más de 340 millones de euros que han beneficiado a más de 3,4 millones de alumnos. El sistema es en régimen de préstamo. Se trata de una ayuda que beneficia al alumnado de colegios sostenidos con fondos públicos y que este curso, en el que se han renovado los libros que corresponden a primero y segundo de Primaria, así como los de primero y tercero de Educación Secundaria, reciben 89.000 alumnos en Córdoba. El proceso de reparto de las ayudas desde hace seis años es similar. Así, las familias reciben el preceptivo cheque-libro en junio, cuando se les entregaran las notas de sus hijos de Primaria, mientras que los de Secundaria los reciben una vez que hayan hecho su matriculación, que se celebra durante el mes de julio. Este programa permite a la familias un ahorro medio anual de unos 140 euros en Primaria y de casi 250 en Secundaria.
A principios de curso el programa de gratuidad de libros de texto también suscitó quejas. Por ejemplo, la Confederación de Asociaciones de Padres de Andalucía (Codapa) criticó que las familias deben de asumir el coste de los cuadernillos complementarios que se incluyen en las listas de materiales exigidos. Según Codapa, las familias pagaban casi tanto como el valor del cheque libro.
Otra de las críticas más recientes es la encuesta realizada por CISF y que desvela, tal y como ya avanzó El Día, que el 75% del profesorado cree que el programa de gratuidad de libros de texto no beneficia a la enseñanza. El informe también indica que el 89% de los docentes asegura que el sistema les perjudica en su trabajo, ya que no puede pedir material complementario.
El de los cheque-libros no es el única problema al que se enfrenta este año el sector librero, ya que otra de sus preocupaciones es la incorporación del libro digital, que este curso se utiliza en 10 colegios e institutos. La razón estriba en que la puesta en marcha de este sistema provoca que los libreros dejen de vender manuales de texto.
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