No sólo la corrupción política impide dar clase. También las sotanas se pasean con desparpajo, soltura y buen humor por los pasillos de los institutos y colegios andaluces. "Dejad que los niños se acerquen a mí". Los directores de los centros educativos de la localidad de Almonte abrieron las puertas de los centros a su eminencia el Obispo de Huelva para que pudiera ejercer su visita pastoral como dios manda. Visitó las aulas de los muchachos y se dejó de dar clase durante unos minutos para que los zagales contemplaran la grandeza de dios en los rostros del Obispo, su acompañante, su séquito claustral y las directivas.
En esta imagen, colgada en la web de la diócesis de Huelva, se comprueba cómo el obispo mantuvo un contacto cercano con los alumnos de los centros públicos, siempre bajo la grata complicidad de los directores de los mismos y la cálida aprobación de los claustros de profesores, encantados con la visita, la actividad, la interrupción de su trabajo y el desprecio hacia la institución.
Como se informa en el diario Huelvaya, la visita pastoral de José Vilaplana se inició el pasado domingo 6 de marzo. El lunes y tras su paso por el Ayuntamiento, continuó por el Santuario del Rocío y el colegio público Doñana de la aldea, así como por los IES Doñana y La Ribera. Allí mantuvo un contacto con niños y jóvenes en sus respectivas aulas. Todo muy normal.
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